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La capacidad motriz de tu hijo es muy importante durante ésta etapa, porque es un componente fundamental en los sentimientos de competencia para enfrentar el ambiente.
Le permite pensar que es independiente y capaz de atender a sus propias necesidades o por el contrario, si tiene algún problema con la motricidad lo hará sentir dependiente de la asistencia que le proporcionas tú y las personas que se encuentran a su alrededor.
La manera en que un niño realiza dichas tareas refleja algunas características del temperamento y de la personalidad, tales como el nivel de energía, la agresividad, socialización y la confianza en sí mismo.
En ésta etapa los niños duermen menos, adelgazan y se alargan, mejoran en actividades como caminar, correr, brincar, lanzar pelotas.
A medida que crecen, las extremidades (brazos y piernas) se alargan, la cabeza todavía es relativamente más grande que el tronco; el crecimiento muscular y esquelético continúa haciendo a los niños más fuertes. El desarrollo de los sentidos y de la motricidad permite a tu hijo una mejor coordinación entre lo que quiere y lo que puede realizar, los niños varían en su capacidad que, depende de la genética y de las oportunidades que tengan para aprender y practicar las habilidades motoras.
Como los pulmones no se encuentran del todo desarrollados, los problemas respiratorios son comunes, gracias a éstas enfermedades el sistema inmunológico de tu hijo se verá beneficiado.
En cuanto a la nutrición, resulta interesante saber que los niños en ésta etapa comen menos en proporción a su tamaño. A los niños que se les da de comer cuando tienen hambre, y no se les presiona para comer todo lo que se les sirve durante esta etapa, tiene mayor probabilidad de regular su propia ingesta calórica que los niños que son alimentados mediante un programa.
Conforme los niños avanzan por este periodo, sus patrones de alimentación muestran mayor influencia del ambiente; mientras un niño de tres años solo comerá hasta sentirse satisfecho. Los de cinco años tienden a comer más si se les sirve una porción más grande o si se encuentran con un niño de su edad o más grande que come más o menos que él.
Los niños entre los tres y seis años deben mantenerse secos toda la noche, pero la enuresis es común en esta etapa. La mayoría de los niños ya conocen la sensación de una vejiga llena lo que los hace despertar en las noches para ir al baño, los niños que mojan la cama no tienen conciencia sobre esta sensación, la enuresis no es un problema emocional o conductual pero puede volverse uno conforme a la manera en que es tratado en su familia.
Enuresis: Micción repetida en la ropa o cama (emisión de orina).
Ahora haremos un análisis más detallado a partir de los tres años a los cinco años.
3 AÑOS.
A ésta edad ya está más cerca del equilibrio y del dominio completo de la posición erguida y pronto será capaz de pararse en un solo pie.
Ya tiene pies más veloces y puede subir escaleras alternando los pies, su coordinación motriz es mejor y en consecuencia hace mejor trabajo en acomodar objetos ordenarlos y arreglarlos.
4 AÑOS.
El niño de cuatro años es mucho más independiente, se siente capaz, y lo es, de controlar su propia fuerza y seguridad. Consigue lavarse las manos y cara, tender su cama, guardar su ropa, cepillarse los dientes y guardar sus juguetes.
Hacia los cuatro años la mano dominante es utilizada más frecuentemente y se desarrolla la dominancia lateral.
5 AÑOS.
A ésta edad la etapa de la niñez temprana está a punto de terminar, el niño es más independiente y reservado y tendrá una visión más amplia de su ambiente y de sí mismo.
El equilibrio es maduro y gracias a esto se sentirá más seguro para realizar actividades relacionadas a la motricidad y esto hace del juego algo seguro.
Su coordinación fina esta próxima a desarrollarse completamente, y ésta le facilita el uso de herramientas y elementos con mayor exactitud.
Estos cambios coordinados a la maduración de las funciones cognoscitivas y del sistema nervioso, promueven el desarrollo de una amplia gama de habilidades.